Días nublados de ingentes horas
jornadas tercas en no terminar
con gritos de auxilio los minutos a agonizar
Tu ausencia Rita, no me deja respirar
Me nombraste como el tonto
el estúpido por decir que te amo
La verdad o duele o se ignora
Tú la desprecias y además no la valoras.
Soy el anciano que en niño vive
El que siente desmesuradamente, te necesita y te cree
barreras de papel que asustan a la párvula de tu piel
Soy el único y diferente, el que se alimenta del cáliz de tu boca
y respira la canela de tus rizos para seguir en pie.
Ahora te siento lejos Rita, en el confín de mis brazos
los mismos que te ansían, en infinitos momentos desde el alba al ocaso
Adiós Rita, estarás dentro, en el fondo yo te guardo
donde nadie llegó mas que tu, donde nadan mis hermosos sentimientos.
Se cerraron las puertas, aldabas se silenciaron
Las llaves Rita está tirando
¡No han de herirme ni dañarme jamás!
¡No permitiré agravios ni puyas en absoluto!
¡Ni desprecios ni más calvarios!
La vida seguirá tullida y de tu amor sangrando
Quedaré al borde del camino Rita, viendo pasar los cariños
Miraré antaños encuentros, que llenen futuros besos
Abrazaré tu seda, en próximos cuerpos
Mudo de “Mi Vida, mi amor, cariño mió…”
Lloraré sin argumentos, tú sabes Rita de quien serán dueños...
Por Marco
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