Aguardando continuamente acontecimientos, nos marcamos unas metas de felicidad que a menudo nos llevan al desánimo absoluto ante el resultado final que nuestras expectativas no contemplaban como posibles. Si señor, estamos desgraciadamente esperando en la mayoría de los casos, no descubro nada nuevo, solo que aprovecho mis momentos de “lucidez” para expresar ideas que no me parecen descabelladas. Algo parecido al guión de la peli Despertares, que sin saber ni como ni por que, de repente todo es claridad y familiar a tu espíritu varado en una rutina de espacio tiempo, estableciendo un símil con el film mencionado, en el que una enfermedad es la causa del dormitar de sus personajes inertes en cuerpos sin ánimo alguno de expresar emoción humana.
A menudo oigo tópicos que se me hicieron muletillas para mis propias conversaciones, que ahora no hacen mas que reiterarme en la creencia de que no es que sean ciertas, si no que son máscara a mi parecer de una rutina que esconde pacientes esperas o desesperadas ausencias: “Que ganas de que pase el invierno”, “Mañana será otro día”, “En cuanto me case y tenga hijos estaré realizado”, “Esto se pasa con el tiempo” “Cuando vuelva mi padre estaré seguro”… Y así pueden encontrarse innumerables frases hechas, que nos definen en nuestros sentimientos y anhelos que buscamos que se produzcan con el factor tiempo como determinante absoluto.
Quizás se traduzcan esas frases en un martilleante pensamiento…: “En un futuro seré feliz”
Duro será siempre vivir con la esperanza de que ser feliz es cosa del futuro, mal asunto a mi entender si esperamos que nos venga dado con paciencia divina. Me resisto a creer esto, un marcador divino que según nuestra educación se cultiva con abnegado esfuerzo para llegar hasta la felicidad, estableciendo a largo plazo la máxima utilizada en la ciencia, como es la causa-efecto. No puedo entender que para ser feliz en un futuro haya que: Estudiar con ahínco sin pasión, cuidar de una familia que no se lo merece, derrochar vida o simplemente dedicarla a otro por encontrar al final del camino esta sensación de plenitud efímera, todo esto si se realiza con gusto y viviéndolo plenamente es fantástico, no lo dudo.
Pensamos además que somos inmortales, que siempre viene bien este pensamiento para tomar los riesgos necesarios y seguir viviendo, pero que nos ancla en esperas continuas sin caer en la cuenta de que el tiempo jamás está a nuestro favor, nadie ha sabido hasta ahora recuperarlo literálmente hablando. Esta falacia nos hace capaces de esperar todo tipo de acontecimientos, lógicamente le ponemos tanto énfasis que cuando llegan hasta nosotros nos pueden llegar a defraudar, con el consiguiente palo que supone haber estado derrochando ese tiempo precioso.
Pues eso… Que desde aquí el mensaje es sencillo, que la vida esta aquí, ahora, el que lo escribe se esfuerza a diario para no encontrarse de nuevo a lomos del pájaro tiempo hacia una vida que está por producirse, mejor me quedo en este lugar que en definitiva es el que tengo.
Marco
A menudo oigo tópicos que se me hicieron muletillas para mis propias conversaciones, que ahora no hacen mas que reiterarme en la creencia de que no es que sean ciertas, si no que son máscara a mi parecer de una rutina que esconde pacientes esperas o desesperadas ausencias: “Que ganas de que pase el invierno”, “Mañana será otro día”, “En cuanto me case y tenga hijos estaré realizado”, “Esto se pasa con el tiempo” “Cuando vuelva mi padre estaré seguro”… Y así pueden encontrarse innumerables frases hechas, que nos definen en nuestros sentimientos y anhelos que buscamos que se produzcan con el factor tiempo como determinante absoluto.
Quizás se traduzcan esas frases en un martilleante pensamiento…: “En un futuro seré feliz”
Duro será siempre vivir con la esperanza de que ser feliz es cosa del futuro, mal asunto a mi entender si esperamos que nos venga dado con paciencia divina. Me resisto a creer esto, un marcador divino que según nuestra educación se cultiva con abnegado esfuerzo para llegar hasta la felicidad, estableciendo a largo plazo la máxima utilizada en la ciencia, como es la causa-efecto. No puedo entender que para ser feliz en un futuro haya que: Estudiar con ahínco sin pasión, cuidar de una familia que no se lo merece, derrochar vida o simplemente dedicarla a otro por encontrar al final del camino esta sensación de plenitud efímera, todo esto si se realiza con gusto y viviéndolo plenamente es fantástico, no lo dudo.
Pensamos además que somos inmortales, que siempre viene bien este pensamiento para tomar los riesgos necesarios y seguir viviendo, pero que nos ancla en esperas continuas sin caer en la cuenta de que el tiempo jamás está a nuestro favor, nadie ha sabido hasta ahora recuperarlo literálmente hablando. Esta falacia nos hace capaces de esperar todo tipo de acontecimientos, lógicamente le ponemos tanto énfasis que cuando llegan hasta nosotros nos pueden llegar a defraudar, con el consiguiente palo que supone haber estado derrochando ese tiempo precioso.
Pues eso… Que desde aquí el mensaje es sencillo, que la vida esta aquí, ahora, el que lo escribe se esfuerza a diario para no encontrarse de nuevo a lomos del pájaro tiempo hacia una vida que está por producirse, mejor me quedo en este lugar que en definitiva es el que tengo.
Marco
2 comentarios:
Carpe diem le llaman a eso, no?
Estoy de acuerdo. Buenas conclusiones...saludines!
Efectívamente querida amiga, esa era la intención del post, pero haciendo la descripción un poco mas extensa, jejeje...
Un abrazo.
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