Siempre una máscara
con la fina mano sostenida,
siempre una máscara delante del rostro...
La muñeca en verdad,
sosteniéndola grácil,
cumplía su función.
A veces, no obstante,
había un temblor,
un tenue espasmo de los dedos,
tan leve, tan leve,
al sostener la máscara.
Años, años y mas años estuve preguntándome
sin atreverme a decirlo,
hasta que al fin,
armándome de de valor,
miré detrás de la máscara.
Pero no encontré nada:
No había cara.
Ella se había convertido en una mano,
sólo una mano,
una mano que sostenía una máscara
con mucha gracia.
con la fina mano sostenida,
siempre una máscara delante del rostro...
La muñeca en verdad,
sosteniéndola grácil,
cumplía su función.
A veces, no obstante,
había un temblor,
un tenue espasmo de los dedos,
tan leve, tan leve,
al sostener la máscara.
Años, años y mas años estuve preguntándome
sin atreverme a decirlo,
hasta que al fin,
armándome de de valor,
miré detrás de la máscara.
Pero no encontré nada:
No había cara.
Ella se había convertido en una mano,
sólo una mano,
una mano que sostenía una máscara
con mucha gracia.
Anónimo
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