viernes, 20 de marzo de 2009

De Repente



Te encuentras fuera de ti, no te sientes en un todo, algo falla. Las emociones se disparan, tienes miedo, mucho miedo, y no sabes la causa de ello. Sudas y el corazón se te quiere salir de la “caja”, algo aterrador, ya que no sabes el detonante, en ningún momento has marcado un gol, ni has adelantado por fuera al final de recta, tampoco has visto a tu Amor, por otro lado miras a tu alrededor buscando sin resultado al perro con los colmillos amenazantes que te hace sentir así. Observas tus sensaciones, intentas aplacarlas pero ellas insisten en amplificarse, ya se activó un “tiovivo” al que no compraste conscientemente boleto, ya solo te queda esperar aterrorizado.

En cuanto pasa el mal trago se te queda una resaca que no pasará en horas, quizás ni en días puedas reajustarse. Lloras desconsolado, con un dolor indescriptible, empiezas a hacerte preguntas: ¿Por qué ahora? ¿Por qué en este instante de mi vida? ¿Por qué yo?¿Moriré o simplemente me volveré loco, lo estoy ya?

Resulta que te dice tu médico de atención primaria que eso es ansiedad o TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), posiblemente derivado del estrés o de cambios no asumidos debidamente, además es capaz de recetarte química o si tienes a bien “un par de Hostias” ya que el facultativo en cuestión es mas bien “campechano” en este sentido y cree en métodos para él mas eficaces que el de la psicología aplicada, nada, que te quedas igual, mas incomprendido que nunca. Te miran los familiares y amigos perplejos, ven a una mole con un miedo atroz a absolutamente todo, un miedo irracional para ellos y muy fundado para ti, ya que sabes a ciencia cierta, para eso te has sacado previamente el carné de adivino, que te volverán a ocurrir estos episodios y además con mayor intensidad.

No se te olvida cuando te dice uno de tus mejores amigos aquello de: “Joder tío, haces cara de loco” Te quedas con las piernas colgando y sin echar gota, es cuando ves que Sí tienes un problema y que Sí debes hacer algo. Acudes a un especialista en el tema y te dice que eso es “un resfriado de la mente”, esto se te pasa con una terapia cognitivo-conductual, y lo dice así, sin anestesia ni nada. Total, que te encuentras mas perdido que el barco del arroz; nadie te comprendió jamás, pero es que ahora ya eres un perro verde al que tienen que echarle de comer aparte.

Luego están los lumbreras que insisten en diagnosticar en plan Dr. House que tienes depresión y que eres un ser extraño, al principio te preocupa, pero conforme pasa el tiempo potencias estas opiniones haciendo más sólida la leyenda del “Maromo Extraño”. Y te da igual todo, lo único que tiene prioridad es tu bienestar, dejas de ser el Master del Universo en tu casa, para ser simplemente Tu Mismo.

Accedes a la terapia y aprendes muchas cosas: Habilidades Sociales, Distorsión de Pensamientos, Manejo del Estrés… Te conviertes en un individuo que oye su interior, que intenta manejar las emociones en su beneficio, identifica las sensaciones como resultado de algo inacabado o mal manejado, sabe de su imperfección y que certifica su gran capacidad para amar, sensación que ya tenía “olvidada”. Ve a las personas de verdad, con sus personalidades, como son de rígidos, quizás no debiera verlos tan claramente.

Dicen que sales del círculo, personalmente no se que pensar, pero eso si, estás de lo mas entretenido manejando cualquier simple situación, ya no existe la inercia en tu vida.

Por Marco

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