Una rosa negra como despedida. Parece que me fuera triste, y no puedo mentir, no estoy pasando el mejor momento de mi vida. Las letras juntas son mi válvula de escape y al mismo tiempo mi tormento continuo, fabulando constantemente con lo que pudo ser y no es, lo que fue y se ha esfumado. Así me he ido distrayendo del vacío que al final del camino encuentro día tras día, escribiendo de sentimientos.
Aunque los gozos no producen versos que arranquen al escritor corazas de vanidades dejando ver el dolor emocional, en este preciso momento anhelo un curso de prosa dedicada a la serenidad y a la alegría, que anda falto este junta-letras de una tregua, un instante de felicidad que no desemboque en incertidumbre. Envidio por tanto al lector que no comprenda mis humildes líneas, compadeciendo al que no ve como la rosa negra se marchita a cada sílaba, sin percatarse de la carga de sensibilidad que traen hasta este rincón, y que aseguro que salen de lo mas profundo, del indescriptible negro pozo del desasosiego.
Temo con este retiro convertirme en alguien anterior, en aquel que no saboreaba las emociones, que luchaba contra sentimentalismos, el que estaba educado para solucionar problemas, ser dueño de emociones y mascarón de proa, señalando la dirección del éxito social. Me aterra que estas, a veces infames rimas, se queden como una insignificante muestra de que el abuelo un día se enamoró, sirviendo por ello de escarnio entre infantes, minando al rudo, que protegido por su armadura, presumo dejaría caer una lágrima negra, como los pétalos de mi actual ánimo.
Esta travesía comenzó en el año 2008, en concreto en septiembre, el mes favorito de este naufrago que ahora salta por la borda con el libro de bitácora repleto de vivencias al mar de la realidad. Como anécdota aquí tenéis el comienzo, quizás mas humilde que elocuente, ahora mas emocional pero sin maniqueísmos.
Si ahora pongo un alto en el camino es por razones de supervivencia, nadar entre tanta zozobra agota hasta al mas pintado. Seguro que seguirán brotando de mi alma, y como muchas otras, quedarán guardadas, ya solo para mi disfrute, para mi asombro, y a veces hasta mi rubor, supongo que jamás con arrepentimiento, abriendo sus páginas para verlas respirar, viendo como vuelven a la vida.
No debí quizás mostrarme desnudo, a lo mejor alguien se sintió aludido, si es así pido disculpas, a unos por sentir vergüenza ajena y al aludido por la supuesta responsabilidad de formar parte de otro Ser. ¡Qué no daría yo por tener una frase dedicada…! Por lo tanto que nadie esté abrumado, triste o avergonzado, no se hizo con ese fin.
No se si volveré a este rincón, y si es así tampoco cuando lo haré. No obstante el engreído que vive en mí visitará este blog mientras siga colgado, en cualquier caso lo he guardado en una carpeta con el nombre de “Inacabado”, para mi es valioso y forma parte de esas etapas a las que podría volver sin esfuerzo ni resentimiento. Solo me queda despedirme de los seguidores, siempre fieles, de mi familia y amigos que en la última etapa han llegado a preocuparse por lo que leían y sospechan podría hacer peligrar mi cordura, jejeje… Gracias chicos, también a mis blogs amigos, que tuvieron la deferencia de añadirme en los suyos, haciéndome sentir orgullo de lo que plasmaba día a día. A todo aquel que se ha acercado hasta aquí y que espero en algún momento algo se la haya movido por dentro al leer algo de este humilde emborronador. Y sobre todo a ti Rita, ese personaje que en la ficción lucha al fin por su amor llamado Oscar y que en la realidad no es capaz de ver el camino de adoquines dorados...
Un hasta luego a todos
Dedicado a Rita: Si llegas algún día a sentir lo que yo, que sea a mi lado…
Por Marco A. Fernández